Más allá de la movilidad: el impacto psicológico de la falta de una extremidad en niños y adolescentes

La pérdida o ausencia congénita de una extremidad durante la infancia o adolescencia constituye un evento de alto impacto en el desarrollo integral del individuo. Este fenómeno no se limita a una restricción funcional; genera efectos profundos en la autoimagen, el sentido de pertenencia y la construcción de la identidad personal, aspectos especialmente sensibles en estas etapas de formación.

 

Consecuencias psicológicas

En la niñez y adolescencia, el cuerpo no solo cumple funciones físicas, sino que representa un elemento central en la autoevaluación y en la interacción social. La ausencia de una extremidad puede provocar:

  • Alteraciones en la autoestima: El niño o adolescente puede percibirse como “diferente” o “menos capaz”, afectando su autoconfianza.

  • Ansiedad social: Temor al juicio o rechazo de sus pares, lo que puede derivar en retraimiento y evitación de actividades grupales.

  • Sentimientos de inferioridad: Comparaciones constantes con compañeros, reforzadas por la falta de referentes positivos con discapacidad en entornos educativos o mediáticos.

  • Riesgo de aislamiento: Reducción de participación en juegos, deportes y experiencias sociales clave para el desarrollo emocional.

 

Impacto social y barreras invisibles

En el contexto peruano, estas consecuencias se ven amplificadas por infraestructuras no inclusivas y baja sensibilización social. Escuelas sin adaptaciones, transporte público inaccesible y ausencia de programas de integración agravan la sensación de exclusión. A ello se suma el estigma social, que se traduce en burlas, discriminación o sobreprotección excesiva, limitando la autonomía del menor.

Este entorno no inclusivo influye en la trayectoria vital del niño o adolescente, afectando su rendimiento académico, su capacidad de proyectarse profesionalmente y su disposición a participar activamente en la sociedad.

 

La brecha económica: quién accede y quién queda fuera

El acceso a prótesis funcionales de calidad implica costos que en el Perú oscilan entre los 1,500 y 10,000 soles, sin considerar mantenimiento y terapias de rehabilitación. Las familias con recursos pueden costear estos dispositivos y acceder a atención integral, lo que mitiga en gran medida los efectos psicológicos y sociales negativos.

En contraste, miles de niños y adolescentes de bajos recursos crecen sin prótesis, viendo cómo su movilidad, autonomía y autopercepción se deterioran con el tiempo. La ausencia de políticas públicas sólidas y de cobertura efectiva en seguros de salud profundiza esta brecha.

 

Cretamedic: inclusión tangible a través de innovación social

Cretamedic surge como respuesta a esta problemática multidimensional. Utilizando plástico reciclado y tecnología de impresión 3D, desarrollamos prótesis personalizadas de bajo costo, adaptadas a las necesidades físicas y estéticas de cada usuario.

Nuestro objetivo no es únicamente restaurar la función física, sino reconstruir la confianza, la participación social y el sentido de pertenencia de cada niño o adolescente. Al reducir drásticamente el costo de acceso, rompemos la barrera económica que excluye a quienes más lo necesitan.

En un país donde las soluciones integrales para la discapacidad son escasas, apostamos por un modelo que combina sostenibilidad ambiental con inclusión social, demostrando que la tecnología, bien orientada, puede ser un catalizador de cambio psicológico y comunitario.

 

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